En una presentación que hice en la universidad del trabajo realizado en la pasada Quebrantahuesos, estuve hablando de la misma como una marcha cicloturista en la que participan, lógicamente, cicloturistas.
En base a esta afirmación, en el turno de preguntas, una persona me planteó la siguiente cuestión: "¿por qué los llamas cicloturistas? A mí me ofendería que después de estar preparándome durante meses para correr durante doscientos kilómetros subiendo cuatro puertos de montaña, me dijeras que estoy haciendo turismo". Encontrarme con la opinión de alguien que ve el cicloturismo desde fuera me hizo plantearme la cuestión de si existe una filosofía aparte en el mundo del cicloturismo, una forma de plantearse el deporte que no existe en otras modalidades deportivas. Porque en otros deportes, aunque seas aficionado, compites, mientras que en cicloturismo, a priori no es así.
¿Hacer turismo es incompatible con sufrir?
Digo lo de a priori porque todos sabemos en lo que se suele convertir una marcha cicloturista, al menos para una buena parte de los participantes. No obstante, considero que hay dos tipos de competición: la que libras contra los demás y la que libras contra ti mismo, que en ese caso yo prefiero llamar afán de superación. En otros deportes, aunque sea el partidillo de tenis con los colegas del trabajo, tienes un adversario al que ganar.
En cicloturismo, puedes querer ganar al gallo del club, o quedar entre los X primeros de esas marchas que no se catalogan como competiciones (aunque otorguen premios al primero de cada categoría y publiquen clasificaciones), pero también tienes la opción de ir a tu ritmo sin preocuparte del puesto que vas a hacer.
La persona a la que antes me he referido, que además de ser una institución en el campo de la psicología del deporte, corre maratones, me decía que lo de llamar "cicloturista" a alguien que se prepara a conciencia para hacer una prueba como la QH, es como si a un corredor le llaman "corredor turista" porque al pasar por las ciudades va viendo monumentos, igual que un ciclista ve montañas mientras va en bici. Es evidente que un ciclista, por el mero hecho de recorrer más kilómetros, puede contemplar más paisajes y poblaciones que un corredor, con lo cual el apelativo de turista es más apropiado. Aún así, esta persona no acaba de encajar la idea de que alguien que sufre y lucha y se prepara sea llamado "turista".
Según la RAE, cicloturista es una persona que practica el cicloturismo, y cicloturismo es turismo que se practica en bicicleta. Siguiendo el hilo, la definición de turismo es: actividad o hecho de viajar por placer. Así de simple. Aquí no está hablando de si se necesita preparación, esfuerzo, dedicación, para hacer turismo. Y al igual que un turista que visita una ciudad también hace esfuerzo porque acaba con los pies doloridos de patearla, o la persona que practica senderismo también tiene que prepararse para hacer la ruta del Kilimanjaro, siguen viajando por placer. El placer de visitar sitios y también, de hacer deporte. Porque hacer deporte también es un placer.
Más allá de las definiciones
Las palabras son algo más que palabras, llevan dentro un significado personal, dependiendo de las vivencias y de la personalidad de cada individuo tomará unos matices u otros. Si tú consideras que el deporte es sufrimiento, capacidad de sacrificio y lucha, y en cambio el turismo es mero placer sin apenas esfuerzo, que te etiqueten como "cicloturista" puede molestar, como le molestaría a mi inquieto interlocutor si se preparara una QH. Si, en cambio, piensas que la filosofía competitiva no va contigo y te gusta parar a sacar fotos en la cima del Portalet, por mucho que hayas tenido que prepararte para que en la QH no te pasen por encima ¿qué tiene de malo que me llamen cicloturista? Al contrario, me siento orgulloso porque mi motivación no depende del tiempo que haga ni de la clasificación, y al no estar tan pendiente de mis resultados puedo disfrutar de todo lo que un deporte al aire libre ofrece, recorriendo carreteras, escuchando a los pájaros y el discurrir del agua por los arroyos, y estando en contacto con la naturaleza.
Algunos deportistas profesionales, cuando les llega la "jubilación", abandonan el deporte totalmente, no lo siguen practicando a nivel aficionado. Muchos puede que lo hagan porque en su nueva ocupación les falte tiempo, pero otros lo dejan porque al perder el morbo de la competición no les queda motivación. No tengo estadísticas, pero me consta que eso ocurre poco con los ciclistas. Cuesta "desengancharse" de la bici, y es porque en ella hay algo más que competición. En las encuestas que suelo hacer en marchas y ciclomaratones, cuando preguntas qué es lo que más te gusta de montar en bici, la mayoría de la gente me habla de la compañía, viajar, los paisajes, la superación de uno mismo. Es la motivación más fuerte, la intrínseca, la que depende de uno mismo, a pesar del componente "turista" de los viajes y el paisaje. Este componente lúdico es el que más mueve a las personas a hacer deporte, y de forma más constante. Así pues, si al final la persona que anda en bici por placer, está incluso más motivado que alguien que compite, por tanto, hace tanto o más deporte, entonces... ¿qué tiene de malo que te llamen cicloturista?
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